"Ah, el arte. Esa recreación de los seres vivos de los sentimientos, de
las escenas, de las pasiones e historias que les rodean. ¿Cómo? ¿Qué
Highdell no tiene todavía ningún elemento artístico que reseñar? Eso no
se lo cree nadie, así que venga, vamos a describir un objeto de arte que
se encuentre en estos momentos en su interior o alrededores."
El imponente Templo de Takkerna es sin duda alguna una obra de arte, una majestuosa pieza de arquitectura que ha ido creciendo de forma casi organica, convirtiendose en una criatura formada por capillas, barracones, torres, etc., ocupando la totalidad del risco que se adentra en la Hondonada de los Dioses y desde la que domina toda la ciudad, tras sus altos y gruesos muros.
Toda la estructura está formada por una piedra caliza oscura proveniente de una cantera cercana propiedad del Templo, que ha ido tomando una tonalidad verdosa con el tiempo. Cada suma sacerdotisa ha querido engrandecer la morada de su Diosa, reparando y ampliando el Templo, lo que ha hecho que, debido a la falta de espacio, se haya construido en altura. Hay zonas enteras que han quedado enterradas debajo de nuevas construcciones, algunas completamente olvidadas o a las que no se sabe como acceder.
Sin embargo, lo realmente impresionante de la construcción es la abrumadora decoración de casi todas las paredes, techos y columnas. En todas partes pueden verse rostros serenos de Takkerna, así como escenas de su vida y sus luchas contra Elianna y otros muchos monstruos del mundo antiguo. Una enorme estatua de bronce de 5 metros de altura de Takkerna gobierna el centro de la pequeña plaza ante el santuario original, vestida con una cota de escamas, su lanza y su escudo heptagonal.
Dispersos por diversos patios, se abren pequeños jardines de hierba y grandes árboles, bajo los cuales estudian las acolitas en los calurosos meses de verano.
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