El Desafío de los 30 días - Día 12 - El enemigo favorito al que te has enfrentado
Pues de nuevo tengo un serio problema de memoria. He luchado contra un montón de enemigos, y muchos más que he sacado yo mismo en mis partidas, pero me cuesta recordar más allá de rasgos vagos en la mayoría de los casos.
De los que yo he sacado, recuerdo un hechicero-discípulo del dragón de nuestra primera partida de D&D 3.0 que jugamos durante bastante tiempo. El tío había reorganizado a las Fauces de Hierro, un antiguo grupo de adoradores de los dragones rojos, para tratar de volver a traer a los grandes dragones rojos de vuelta a Oerth, tras haber sido encerrados en planos lejanos hace milenios. No llegaron a enfrentarse con él porque dejé la partida a la mitad, pero la verdad es que era el tipo de malo manipulador e inteligente que me gusta encontrar, un tipo que mueve a sus esbirros e influencias de forma inteligente. Venció a los personajes en varias ocasiones, como cuando intentaron detener que rompiera uno de los sellos que encerraba a una gran dragona roja, desviándolos a través de un infiltrado hacia una trampa de hielo con joven dragón blanco incluido (al que por supuesto no derrotaron y del que tuvieron que escapar).
Otro tipo de enemigos que me gusta jugar son los líderes criminales, gente sin escrúpulos y con muchas tramas entrelazadas entre ellos. Así, el que una partida es tu enemigo enconado, la siguiente puede ser tu aliado. De estos recuerdo a los jefes de las mafias de Cinco Dedos, o a los de Riddleport en la partida de Second Darkness, especialmente a Clegg Zincher, el cual se ganó el odio eterno del grupo, especialmente del Yayo. Cuando en el segundo módulo se suponía que tenían que colaborar, ellos le capturaron y le torturaron a conciencia, pero el tipo consiguió negociar con ellos su liberación a cambio de la información que tenía sobre la guarida de los drows. Un tipo con redaños y un cierto código de ladrón.
De los enemigos con los que me he enfrentado como PJ, pues recuerdo algunos, como el vampiro megapoderoso venido de Ravenloft a jodernos en Forgotten, que aguantaba la luz del día y tenía una magia poderosísima. Tras muchas partidas conseguimos derrotarle, que no matarle, ya que su sangre se escurrió entre las grietas, y poco después tuvimos que largarnos echando patas porque su fortaleza se nos caía sobre las cabezas. Casi no pudimos pillar nada de su fabuloso tesoro por ello.
Actualmente estamos volviendo a jugar La Ciudad Perdida en AD&D, y la verdad es que el rollo que le está dando Varo a Zargón y los suyos mola bastante, son super sucios y degenerados, y las escenas que bajo la pirámide hemos vivido creo que me acompañarán en sueños el resto de mis días. Estoy deseando ponerle las manos encima a ese cornudo tentaculado ;D
Seguro que son muchos los que me dejo en el tintero por falta de neuronas sanas, pero bueno, ya irán saliendo durante la demencia senil que padeceré sin duda. Os veo allí a todos ;D
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