Pues
yo la verdad es que soy poco obseso de la preparación, excesivamente.
Trato de prepararme las localizaciones, los personajes que van a
aparecer, el ambiente que quiero mostrar, pequeños detalles, etc. Uno de
mis propósitos es tratar de improvisar más, prepararme solo lo justo y
desde ahí tratar de ir hilvanando mis ideas con las que me proporcionen
los jugadores. Pero es algo que me cuesta, sobre todo porque me encanta
prepararme las partidas, es como si viviera la aventura yo mismo. De
todas formas, hay juegos más propicios para la improvisación que otros.
Es una de las causas de dejar de jugar a Pathfinder, y es que preparar
simplemente los encuentros de una partida me llevaba horas, y luego eso
no me cundía en la partida en sí, no le veía el jugo.
Yo
soy de los que me suelo apuntar en un recuadrito lo que les voy a leer
en principio a los jugadores, no por ser inamovible, sino por darle un
toque más narrativo, pensarme bien que ambiente les voy a mostrar. Pero
suele ser una pequeña descripción. Las tablas de encuentro no me gustan
demasiado, porque necesito algo de tiempo para montar un encuentro
entretenido, ver que equipo lleva el enemigo y como puede utilizarlo
(cosa que no solía hacer cuando tiraba el tesoro aleatoriamente).
En fin, que soy demasiado perfeccionista (aunque suene a tópico pedante) y muchas veces eso va en contra de mi propia diversión, y me deja de paso mentalmente agotado y muchas veces decepcionado.
Ultimamente leo mucho sobre como preparar menos las partidas y dejar más que sean los personajes los que elijan el rumbo que deben tomar las partidas. Creo que eso va a ir a favor de mi salud mental y me sentire mucho más partícipe de la diversión grupal.
Salud2
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