La reunión se llevó a cabo en el
salón principal de la biblioteca de Koras, alrededor del gran mapa de Mierani
tallado en una enorme tabla de madera. A las danzantes luces de las lámparas
mágicas se habían reunido todos las personas notables de Arunthvereinth:
Evianna, líder del Consejo Estival, Kaerishiel, líder de los Shin’ Rakorath,
Vaminwë, Comandante de los Inmortales (de visita en la ciudad), Armintas, Sumo
Sacerdote de Findleladlara, Imbryl, Suma Sacerdotisa de Yuelral, el Maestro
Koras, Durvriam y Wanaka, de los elfos salvajes del norte, Yelbelian, el
Maestro Arquero, Galaj Urbriel, el Vidente Gris, Shalelu, una de las Capitanas
de Exploradores, y los miembros del grupo. Se echaba en falta la presencia de
alguno de los miembros de la Hermandad Esmeralda, pero no había sido posible
contactar con ninguno de ellos. Ekaterina y Osman, los ayudantes de Koras, se
encontraban en un segundo plano, junto a una mesa cargada de fruta, carne de
venado y jarras con agua fresca y vino dulce, aunque los presentes no
demostraban mucho apetito.
Eviana abrió la reunión
agradeciendo a todos su asistencia al Consejo de Guerra de emergencia, y
después cedió la palabra a Kildaren, para que, como representante del grupo,
explicara la información que habían obtenido tras el ataque a los hobgoblins.
El explorador resumió lacónicamente lo que habían descubierto, haciendo oídos
sordos a los susurros burlescos que surgían de Wanaka. Tras esta explicación,
Eviana le pidió al Maestro Koras que expresara su opinión a cerca de la posible
ubicación de las ruinas llamadas Muriathasan por los elfos oscuros, lo que en
su blasfema lengua se traduciría como “Los Cuernos del Diablo”. Koras dijo que
por ese nombre no había encontrado constancia alguna, pero pensando que se
trataría de una referencia visual del terreno, había llegado a la conclusión de
que debía tratarse de Kaer Kigloth, una antigua fortaleza situada a unos 3 días
de camino desde Arunthvereinth, de la cual solo quedan algunos restos de
lienzos de murallas, las cuales han sido descritos en ocasiones como “cuernos”.
Un murmullo de asombro recorrió la sala al escucharse que podría existir una
posición drow a solo tres días de Arunthvereinth, dentro de los límites de las
defensas mágicas. El Maestro Koras continuó explicando que según sus
investigaciones, Kaer Kigloth fue abandonado algún tiempo antes de la caída de
la Piedra Estelar, al ser atacada por los servidores de Thassilon, los cuales
causaron suficientes daños para que dicha fortaleza quedara inservible. La
fortaleza contaba con un asentamiento a sus pies, siendo demasiado pequeña para
albergar a un gran número de habitantes. Pero bajo tierra la fortaleza contaba
con varios niveles subterráneos, en los que almacenaban alimentos y en donde
contaban con un acceso a agua potable. Ha encontrado una historia especialmente
interesante, en la cual, uno de los comandantes de la fortaleza narra como
consiguieron huir de la fortaleza asediada a través de unos túneles que la
conectan con las salas de las mascaras del asentamiento inferior. Koras quedó
en silencio, y tras unos segundos, muchos asistentes trataron de hablar a la
vez. Eviana pidió silencio y le cedió la vez a Kaerishiel. Este mostró la
urgencia de destruir dicho emplazamiento dado el peligro que implicaba para la
seguridad de Arunthvereinth. Tras este, Vaminwë, Comandante de los Inmortales,
dijo que el grueso de las tropas Inmortales se encontraban al oeste de
Pradeleinth, y que tardaría mucho en reorganizarlas, y que el enemigo no
detectara la debilidad de ese frente. Armintas, Sacerdote de Findeladlara,
recordó que ignoran el número y composición de las tropas enemigas, así como la
veracidad de la información. Según él, sería peligroso dejar desprotegida
Arunthvereinth, ya que es posible que los oscuros contaran con algún espía en
la propia ciudad. Shalelu, la exploradora, dijo que había pasado en ocasiones
cerca de ese lugar, y que se trataba de unas zonas pantanosas de aguas
ponzoñosas, vegetación enfermiza, y una bruma casi permanente que brota de
lagunas sulfurosas. Tras un breve debate, se decide enviar una pequeña fuerza
de ataque, la cual atacará por dos sitios, un pequeño contingente que entre por
los túneles secretos y cierre el acceso al Inframundo, evitando así la llegada
de refuerzos y la retirada de las tropas enemigas, y el grueso de las tropas
que asaltaran el acceso principal de la fortaleza, esperando contar con el
factor sorpresa. Aunque Wanaka quiere que se le deje a sus elfos salvajes la
tarea de entrar por los túneles secretos, Eviana se lo concede finalmente al
grupo, como recompensa por haber obtenido la información de los hobgoblins.
El contingente, que partiría a la
mañana siguiente, estaría dirigido por Vaminwë y Kaerishiel, los más expertos
luchadores, y estaría formado por cinco pequeñas fuerzas:
- Vaminwë y 20 de sus Inmortales portando un estandarte en el que se ve una máscara sin boca, de color marrón rojizo, con una lágrima en la comisura del ojo derecho, sobre un campo amarillo apagado.
- Kaerishiel y 30 de sus Shin’ Rakorath, bajo un pendón verde oscuro con una lámpara negra encendida.
- Shalelu y 20 exploradores, con el estandarte del Reino de Mierani, un campo morado claro con 3 altas torres estilizadas de color verde con una luna llena saliendo tras ellas.
- Wanaka y 10 elfos salvajes, bajo la enseña del Árbol Nevado sobre fondo esmeralda, coronada con una cornamenta auténtica de ciervo.
- Yelbelian a la cabeza de 10 ciudadanos de Arunthvereinth, a los que hay que sumar la presencia de Armintas, Imbryl y el grupo de personajes, guiados por el emblema de Arunthvereinth, un campo plateado con una hoja de árbol alargada verde con una gota de agua pendiendo de la punta.
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