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miércoles, 19 de marzo de 2014

Castillo Maure - Primer Nivel

Al revisar el módulo oficial aparecido en la Dungeon Magazine #112, me di cuenta de que no me gustaba demasiado ni el mapa ni el módulo en si. Empecé a trabajar en la historia del Castillo, quienes eran los Maure, como eran, a que dioses adoraban, que sucedió para que los niveles inferiores hayan permanecido cerrados durante milenios, etc.
Mapa para los Jugadores
Mapa del DM

Lo primero que hice fue remodelar el mapa del primer nivel. Si se trata del nivel inferior del castillo, es extraño que no tenga conexión interna con el mismo. ¿Que pasa, que los Maure salían del castillo, andaban una milla hacia el norte y luego descendían otra milla hacia el sur para poder bajar a los salones inferiores? Me parecía muy rebuscado. Así mismo, debían existir accesos más sencillos a los niveles posteriores que la trampilla plagada de trampas de la zona nor-oriental. No me imagino a los nobles Maure a cuatro patas por el túnel, esperando que hayan desactivado correctamente las trampas, para poder bajar al segundo nivel. Así que para empezar, cree unos puntos de acceso más amplios a estos niveles y a los inferiores. Eso si, el acceso hasta el Castillo sigue bloqueado, cortándose bruscamente las escaleras que suben como si terminaran en piedra viva. Así fue como me quedó:


Otra de las cosas que decidí cambiar fueron las formas de entrar en los subterraneos. En el módulo original, el complejo estaba cerrado por las Puertas Herméticas, las cuales solo podían ser abiertas con la Llave Plateada, la cual estaba en poder de Mordenkainen, al que supuestamente se las habría dado el propio Dalt, dios suelio de las puertas y cerraduras. La explicación era insuficiente para explicar que este complejo no hubiera sido saqueado a lo largo de los milenios, especialmente en un mundo tan lleno de magia como Greyhawk. Cualquier mago mínimamente poderoso podría haber entrado teleportándose, o excavando un túnel en la pared junto a las Puertas Herméticas. Así que yo me puse a pensar en porqué estaría sellado el acceso al complejo, y pensé en que podría ser por una maldición de Dalt. Pero al ser un dios, no habría cerrado simplemente las puertas, sino que se habría asegurado que nada entrara ni saliera sin su consentimiento o poseyendo la Llave de Plata, que para eso la creo. Así que todo el lugar debía estar protegido con la mayor de las magias para evitar la entrada o salida mediante cualquier tipo de magia inferior a un hechizo de Deseo. De hecho tampoco funciona la magia adivinativa desde fuera, ni de dentro a fuera. El bloqueo es tan estricto que ni siquiera las almas son capaces de escapar hacia los planos divinos para reunirse con sus divinidades. Además, establecí un límite para el uso de la Llave de Plata, que no solo abre las Puertas Herméticas, sino que es capaz de abrir cualquier puerta, portal o cerradura, pero únicamente una vez al día. Las Puertas Herméticas, una vez abiertas con la Llave de Plata, se cierran al cabo de un minuto, y nada puede hacerse para evitarlo, siendo capaces de apartar o rompen mágicamente cualquier obstáculo que trate de hacerlo.

Estas cualidades del subterráneo hicieron que la temática y la trama cambiaran completamente para mi, y mi mente empezó a desarrollar una historia, para mi, mucho más rica y compleja que la original.